Alrededor de cada individuo, constantemente se presenta flujos de partículas, las cuales usualmente son percibidas por varios de los instintos humanos. El olfato y el gusto perciben permanentemente esta actividad, y de esta manera inicia la ejecución de un importante y complejo proceso al interior del organismo humano. Estos dos sentidos a pesar que tienen unas funciones independientes, son complementarios entre sí, logrando de esta manera percibir, procesar y entender olores y sabores, con el fin de activar diferentes funciones del organismo, incluido parte del proceso digestivo. Adicional, tiene la capacidad de producir placeres o sensaciones negativas como el disgusto, desagrado etc.
Todos los procesos relacionados con el olfato y el gusto, están directamente vinculados con la gran cantidad de información que recibe distintas partes del encéfalo, al momento de la activación de estos dos sentidos, siendo esta percepción de datos, el núcleo de interpretación de los procesos gustativos y olfativos, no solo para las sensaciones y activaciones mencionadas anteriormente, sino también, para generar mecanismos de defensa contra elementos que pueden ser tóxicos.
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